miércoles, 28 de enero de 2009

Teniendo intimidad con Dios


Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu. (2ª Corintios 3:18)

Dios en si es todo poder y santidad, arde de amor por nosotros y quiere sumergirnos en niveles mas profundos de Gloria y ahí seremos transformados a su imagen.

Dios quiere ser nuestra compañía, ¿te has sentido solo alguna vez?, ¿has sentido que tus padres no te aman o simplemente te faltan? ¿o tus mas cercanos, esposo, esposa e incluso tus amigos no están cuando mas los necesitas? ¿Hay días en que la soledad embarga tu corazón?

En medio de las dificultades, en medio de cada circunstancia en nuestra vida Dios está ahí, la vida a veces nos va transformando en personas duras, somos fuertes, pareciera que no tenemos sentimientos, sin embargo a veces estamos orando, cantando alabanzas o escuchando la palabra y pareciera que no podemos contener las lágrimas y por más que nos contenemos no podemos evitarlo, ese es Dios que está tocando nuestro corazón en ese momento, Dios está sanando heridas nos está sensibilizando, tendemos a pensar que cuando adoramos le estamos entregando algo a Dios pero no solo es eso, cuando le adoramos el plan de Dios es otro; al igual que Moisés al adorar te quitas el velo y empiezas a ser transformado en presencia del Señor.

Dios quiere que tengamos un encuentro con él, la vida muerte y resurrección de Jesús es una invitación para acercarnos a él.

2 comentarios:

Ave Mundi Luminar dijo...

Me ha parecido muy interesante el título de tu post de hoy, así como el desarrollo que haces de la sensación de confort que ofrece el saberse profundamente amado.

Si me lo permites, me gustaría añadir, en base a mi experiencia, que ese mensaje de vida que ofrece Dios, es mucho más efectivo y más profundo cuando se traslada al plano de lo que nuestros pequeños y estrechos sentidos nos ofrecen...al plano de lo púramente humano.

En mi opinión, sentir el "implato" que como muy describes es "ardiente" del amor de Dios, es infinitamente sencillo (quizá porque así quiso Él que lo fuera), basta con salir a la calle y sentir la hermandad con todos y con todo, sentir el deseo de ofrecer lo que nos fue entregado, de ofrece amor en sus millones de variantes... cuando uno experimenta esa sensación, sin buscarlo obtiene ese ciento por uno, porque comprende por fin que el amor es la propia existencia materializada en la sonrisa de esa persona que sin esperarlo rompe barreras y nos comunica que nuestra entrega a los demás ha llegado a su fin.

Saludos.

Ana María Fabio / Araunapeka dijo...

He experimentado esa soledad, ese estado de vacío, de no estar conectada a nada. Pero debo decir que aunque de pronto es fuerte y es real, no pasa mucho tiempo en que vuelvo a estar acompañada, llena y conectada a todos. Dios, es él el que hace las cosas posibles, y usa los medios que él tiene para que no nos sintamos en esa condición. Una y otra vez lo veo actuando en mi favor. Como tu dices la Adoración es una forma de que Dios nos vaya transformando. En la Adoración a Él nos concentramos solamente en él y no en nosotros.
Estoy de acuerdo con el post de arriba, que Dios actua también en el Amor que nos expresamos unos a otros. Bendiciones