
Sin embargo esta situación que muchas veces reclamamos como injusta no debiese ser nada sorprendente, ya Jesús nos decía "En el mundo tendreis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".
Definitivamente nuestra condición de hijos de Dios no significa que los problemas se alejarán definitivamente de nuestras vidas, por el contrario, a veces aumentaran; es ahí cuando debemos aferrarnos con mayor fuerza a aquel que nos da Vida Eterna, a aquel que traerá paz a nuestra vida, el que calma la tempestad, Jesús, quien nos dará esa paz que sobrepasa todo entendimiento.
No olviden que en aquellos momentos, el enemigo tratará de aprovechar nuestra debilidad, y no sería extraño que alimentara sentimientos encontrados que incluso nos lleven a pensar que Dios se ha alejado de nosotros, nada mas falso que eso, si alguna vez viene algo así a tu mente, tómate de la palabra y recuerda las promesas que Dios tiene para sus hijos, recuerda que somos pasajeros en este mundo y nos espera una eternidad junto al Señor, la obra de la cruz no fue en vano.
La palabra de Dios dice en el Salmo 9:9-10:
“Jehová será refugio del pobre,
Refugio para el tiempo de angustia.
En ti confiarán los que conocen tu nombre,
por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te buscaron”.
Que Dios les bendiga